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domingo, 22 de junio de 2008

Acelia García, 43 años de estudio del arte huichol de la chaquira

LAJORNADA JALISCO

22 DE JUNIO DE 2008

El próximo jueves se estrenará un documental que atestigua la ancestral técnica

La investigadora ha explorado los distintos diseños entre los indígenas y colecciones privadas

CECILIA DURAN

Artesanía huichola en chaquira
Artesanía huichola en chaquira Foto: ARTURO CAMPOS CEDILLO

Hilvanar la propia historia de Jalisco a través de las cuentas de chaquira que caracterizan el arte huichol fue tarea de la investigadora Acelia García durante 43 años de su vida. El estudio comenzó como una curiosidad porque la historiadora del arte desde niña fue hábil para las manualidades. Cuando a su esposo, el arqueólogo Phil Weigand, lo mandaron a hacer un estudio de campo a San Sebastián Teponahuastlán, García encontró en las mujeres huicholas y en su arte, un refugio y un alimento para su interés por las técnicas de chaquira y tejido de cintura.

Con los años, el interés se convirtió en investigación, que hoy está registrada en el libro Chaquira de los indígenas huicholes. Técnicas y Diseños: 1820 a 1980. Esta publicación, editada por la Secretaría de Cultura de Jalisco (SCJ), dio origen al documental con el mismo nombre, que se estrenará el jueves 26 de junio a las 20 horas en el Instituto Cultural Cabañas.

El documental, producido por Explora México y de media hora de duración, describe que el objetivo inicial del estudio de García fue concentrarse en el origen de los diseños y técnicas de chaquira en relación al tejido y punto de cruz, terminando con un completo estudio sobre la chaquira que abarca de 1820 a 1980.

El primer contacto de los huicholes con las cuentas de chaquira, de origen europeo, fue entre 1591 y 1600, con los centros de distribución de Colotlán en el Oriente y Chalchiuites en el norte. Estos suministros cambiaron el atuendo huichol para siempre, su vestimenta no permaneció estática, sino que evolucionó a su manera y acorde conn sus necesidades y costumbres.

“No puedo estar segura de que la vestimenta evolucionó entre los huicholes de la montaña. Creo que así de elegante y complicada evolucionó en las plantaciones de tabaco en Nayarit. Y ahí llevaron chaquiras e ideas, y donde hay material, hay una mente y ocio, haces todas esas cosas e inventas”, dice García en entrevista con La Jornada Jalisco.

El primer uso aplicado de la chaquira puede encontrarse en la descripción del capitán inglés, G.F. Lyon, que describe un día de mercado en Bolaños en 1826. Dibujó una mujer joven con un rollo inmenso de cuentas blancas alrededor del cuello, y en las orejas un largo manojo, del cual pendía media concha pequeña. En estos años, el trabajo de la chaquira de los huicholes se encontraba en una etapa inicial de desarrollo.

El tejido con cuentas y la integración de diseños en los textiles y el punto de cruz, ocurrió entre 1826 y el periodo en que el antropólogo noruego Carl Lumholtz hizo su trabajo de campo en la sierra madre Occidental y describe de manera completa la vestimenta de los huicholes a través de fotos.

García estudió la colección de diseños de chaquira armada por el noruego para el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, entre 1890 y 1898. En ella aparecen aretes y brazaletes, aunque son poco frecuentes. Los collares son de cuentas ensartadas y las cuentas son de los colores azul marino y blanco, que las hacía verse como añadiduras decorativas del traje.

En la colección de Lumholtz es donde mejor se representa la técnica abierta –patrón básico de cinco cuentas– la más antigua y complicada, que fue un experimento de los artesanos, y finalmente resultó demasiado complicada de realizar. Los motivos son simples diseños geométricos y Lumholtz en varios volúmenes asignó un significado simbólico a cada uno.

Un fenómeno que incidió en el arte de los huicholes fue la promoción de arte propiciada por los antropólogos. Especialmente Lumholtz propició la producción artesanal para así tener artesanías que lucieran, y que fueron hechas por un artesano de San Andrés Cohamiata, Jalisco para exposición.

La investigadora también analizó el catálogo de la colección de León Diguet, hecha para el Museo del Hombre en Francia entre 1896 y 1898, que incluye cuatro aretes y un brazalete. Las similitudes entre la colección de Lumholtz y de Diguet sugiere, en términos de técnicas y diseños, que ambos obtuvieron las piezas de los mismos artesanos porque estuvieron en el campo más o menos por el mismo tiempo.

El Museo de Nuevo México facilitó a García la colección de Robert M. Zingg acopiada entre 1930 y 1938. Esta recopilación tiene como novedad los anillos. Dos de los anillos usan la técnica de dos agujas y tres cuentas, inspirados en las espigas de los aretes, por lo que no son brazaletes de tamaño reducido. De 10 brazaletes de esta colección, solamente dos usaron la técnica de una aguja y tres cuentas, que fueron las únicas piezas con esta técnica y representan una experimentación que no dio resultados. Zingg surtió de cuentas que escasearon durante la guerra cristera.

Antes de iniciar su estudio, en 1965, García visitó el Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México, donde la colección formada por el etnólogo Soto Soria mostraba bolsas de noche de chaquira. La sorpresa fue al llegar las comunidades donde no existían, lo que sugiere una promoción de arte del etnólogo, quien al parecer pidió a los huicholes que hicieran tres brazaletes para así obtener el formato necesario. Las bolsas de noche son actualmente de las más solicitadas de las artesanías de chaquira, orientadas para el mercado turístico.

Soto Soria pidió a los huicholes toda una colección para el Museo motivándolos con diseños de punto de cruz de libros europeos y otras publicaciones.

Desde 1966 y 1981 García conformó una colección de 42 aretes, dos relojes, 26 anillos, 54 brazaletes y 18 collares. El principal cambio visible con el paso del tiempo es el tamaño de las cuentas que afecta la habilidad para la realización de las creaciones complejas. El tamaño aumentó de manera dramática y esto ha provocado que se tengan diseños más simples, que se pueden reproducir más fácilmente para los diseños de gran escala para el mercado turístico.

Algo que aparece conjuntamente con las cuentas de mayor tamaño, es el uso exclusivo de la técnica de tres cuentas, que es la única lo suficientemente flexible para el tamaño mayor de cada elemento del diseño. Se detecta mayor estandarización de técnica de las piezas con bordes y también de los motivos.

En esta colección el azul y blanco son preponderantes y los colores aparecen hacia 1970, usados en nuevos tipos de artefactos decorados con chaquiras como bandas para sombreros, máscaras, bolsas de noche, animales de mosaico, para la venta al turista. La adopción de colores brillantes en el atuendo y las artesanías puede ligarse con la popularización de las formas de arte huicholas, que han sido objeto de un gran interés romántico, que interpretó, erróneamente, la totalidad del arte huichol como expresiones religiosas.

Algunos antropólogos atribuyen el uso de colores brillantes a los rituales antiguos del peyote, sin embargo, los propios huicholes no relacionan los colores de las artesanías y vestimenta, con los vistos en las alucinaciones religiosas.

“Los antropólogos pops son unos farsantes, que han dicho que los huicholes han usado el peyote para el sexo, para los colores, para soñar, y es pura mentira. No es eso lo que yo viví con ellos en las montañas”, dice la historiadora del arte.

También señala que las artesanías, como la organización social de las comunidades están cambiando rápidamente debido a la presión por el territorio por parte de ganaderos y por programas educativos impulsados por el gobierno y por el impacto del mercado turístico en los ingresos dentro de las comunidades. Existen instituciones públicas y privadas en la Sierra dedicadas a la enseñanza de las técnicas de chaquiras con el fin de venderlas al mercado del turismo.

“He estado viendo que ya incluso meten cosas que no van con la tradición, por ejemplo, el botón redondo de las pulseras, son de la China, viene de la vestimenta de los chinos. Vi las flores de tres dimensiones, pero no venden mucho. Se venden más las máscaras, el zodiaco, las cosas que inventan para sacar dinero para la supervivencia. Se necesita analizar estas tendencias del cambio de la tradición a la utilización de los elementos modernos. Parecen árboles de navidad, que roban la vista. Sin ánimo de ofender a nadie”, dice García.

El libro que esperó 10 años

Tener el documental listo y darlo a conocer a los jaliscienses es un motivo de felicidad para García, y destaca que en el proceso de realización obtuvo el apoyo incondicional de su esposo y “mentor” el doctor Phil Weigand, de los documentalistas Pascual Aldana Yánez y Alberto Fuentes Chávez, de la maestra María Irma Iturbide y del maestro Juan Vanegas. Todos estarán presentes el jueves.

Este día, los asistentes tendrán la oportunidad de ver la colección de García y también de adquirir el libro, que si bien fue terminado en 1987, esperó 10 años para ser publicado.

“Me perdieron mi libro, el señor Carlos Eduardo Gutiérrez Arce (ex titular de la Dirección de Publicaciones de la SCJ) se le perdió todo con las ilustraciones originales que me hicieron en Nueva York, con las fotografías originales que había tomado. Para mí fue hermoso encontrar al licenciado Luis Manuel Cadavieco que me apoyó y sacamos el libro porque era mi tesis de maestría y yo lo había presentado en Estados Unidos. De ahí lo recuperé para que me lo publicaran”.

Además de la precisa investigación, el ejemplar contiene la enseñanza de la técnica de chaquira, lo cual garantiza su permanencia.

Con el dinero obtenido de la venta del documental y del libro, García recauda fondos para la creación de un museo huichol. “No quiero que entre ni gobierno ni la Iglesia en este posible museo, porque creo que (los indígenas) han sido divididos en sus comunidades por diferentes religiones. Quiero que sea un lugar de respeto a la comunidad y por supuesto tener un espacio para atender a los turistas con orgullo de sus trabajos y respeto.”

En la actualidad García prepara colecciones con diseños de técnica de chaquira para Francia, Nueva York, Nuevo México y Jalisco.

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